lunes, 15 de noviembre de 2010

Alegre o triste. Siempre das en el clavo sea cual sea el momento. No sé, quizá me leas los pensamientos, tanto cuando quiero como cuando no quiero ni que lo hagas. Es cierto, a veces se me hace pesado escucharte, no es el mejor momento, o eso creo hasta que te presto atención. Siempre eres un punto de apoyo, me comprendes a cada momento, aunque no haya movido la boca si quiera. Explotas desde el primer segundo, atraviesas todos mis sentidos, te metes por mis venas haciéndome vibrar, con la gran capacidad de hacerme llorar y saltar de alegría a la vez, incluso poder cambiar mi estado de ánimo en tres minutos, quizá el que explote entonces sea yo. Tocarte, apreciarte, disfrutarte, imaginarte y después crearte. Siempre presente, incluso cuando son las 5 de la madrugada, no hay nadie en la calle y simplemente voy imaginando pensando en ti. Me encanta presentarte a los demás, que sepan quien eres, notar el calor que sólo tu consigues mover. Tan difícil de describirte pero tan fácil de escucharte...

Realmente mi vida no sería lo mismo sin ti.

Música

No hay comentarios:

Publicar un comentario