viernes, 3 de junio de 2011

Monótona Espiral

Me levanto de la cama, miro el móvil y él me mira a mí, pulso ligeramente el botón y ninguna noticia, ni de nada ni de nadie. Apenas desayuno, ¿para qué si no va a cambiar el día? Enciendo el ordenador y me tiro en la cama, miro eso que llaman redes sociales, aunque creo que sirven más para cortar lazos entre toda la gente que para otra cosa. Escribo cuatro tonterías, dudo que a nadie le interese lo que hago pero me apetece ponerlo, dejo el portátil en el escritorio y me vuelvo a tumbar en la cama, en estos días poco más hago que esto, tampoco hay mucho más que hacer. La moral lleva baja unos días y no sé como levantarla, la automotivación no aparece en estos momentos. Desenfundo la guitarra, es el palo al que me agarro para levantarme cuando no queda mucho más, e intento afinarla a la vez que a mi voz. "La cejilla aquí y... No, no, este no era... Esto se parece más pero tampoco... Aah, este sí!" y empiezo a tocar una canción.

No miento si digo que me apetece quemar la noche, arrasar el bar con todas sus botellas y buscar la luz en el fondo del vaso. No encontrarla y cuando mi cabeza empiece a dar vueltas y todo coja diferentes colores, cuando empiece a perder la noción y control de todo, que aparezca esa luz a rescatarme de esa (y las demás también) noche en la que me pierdo por los bares, por los rincones con humo, donde todo se vende a precios muy baratos. Que me lleve a un mundo paralelo, donde mi camino empiece donde empiezan sus pies, donde mi boca encuentre compañera y mis latidos se muevan al son de los suyos. Donde el tic tac del reloj se pare y lo único que pasen sean nuestros susurros de nuestra boca al oído, de nuestros labios al ombligo. Donde la Luna le impida salir al Sol y tengan que compartir por un rato el cielo. Donde el amanecer no tenga sabor a resaca ni a alcohol del chino, si no a su saliva y a pasión.

Una luz, su luz, que me saque de esta monotonía que me está atrapando, encerrando en una espiral en la que poco a poco voy bajando hasta tu vértice.

Termino la canción, sonriendo y con mi voz aguantando la última letra. La motivación ha vuelto a coger fuerzas y ahora no puedo borrar la sonrisa que empieza a hacer acto de presencia. Ya no me puedo estar quieto, todo empieza a volver, muy lentamente, a su sitio. Mientras, seguiré cantándole a esa Luz.


Incorrecto, imperfecto, rebuscado y manifiesto. Lo que pienso, lo que siento. Claramente sin definición. Incompleto, sólo negro...

1 comentario:

  1. Yo sé una forma de sacarte un rato de esa monotonía, ya sabes, avísame cuando quieras ;)

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